lunes, 12 de octubre de 2015

Setenta y dos balas. (#Versato)

Caen sobre mis párpados
noches eternas inertes y sin color,
vasos purpúreos con restos de carmín
adornan mi mesita de noche
y setenta y dos balas en la recámara
que duermen debajo de mi cama.
Bang, 
creo que esto va a estallar,
tengo la tráquea llena de suspiros muertos,
las neuronas empapadas de sueños vivos,
una cicatriz de tu boca en mi cuello
y miles de b(v)e(r)sos que naufragan 
cada vez que pienso en el letal navío de tu nuca.
Tengo un mar oprimiendo mi pecho
del mismo color que tus ojos
y del mismo tamaño que tu ausencia,
tengo una astilla en el corazón 
de tanto tocar madera 
y noches en vela acumuladas en mis ojeras
buscando estrellas fugaces,
deseo...
que te cumplas.
Hay tormenta, 
y siento cómo los truenos atraviesan mi cuerpo, 
o serán mis piernas que tiemblan
bajo mi cara de niña buena 
porque tus manos no juegan con ellas.
Quizás vivir también sea entender que,
aunque nadie lo entienda,
tengo setenta y dos balas,
tantas como días me quedan
para ver tus manos bajo las transparencias 
de mis medias.
(Ilustración de @albertsoloviev)

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